Los anticapitalistas parecen conceder que los multimillonarios como Taylor Swift no explotan a sus clientes: Swift simplemente vende álbumes y entradas para conciertos a compradores dispuestos. Alegan que ella explota a quienes trabajan para ella. Pero esta afirmación pasa por alto el hecho de que el trato que hace con sus trabajadores es económica y éticamente similar al trato que hace con sus clientes: simplemente compra trabajo a vendedores dispuestos.