Este es un mercado impulsado por el sentimiento, sacudido por los sentimientos de recortes de la Fed, el alarmismo sobre la burbuja de la IA y las teatralidades de las criptomonedas, mientras que un mercado laboral debilitado, la inflación manchada por la vivienda y los aranceles no inflacionarios exponen a una Fed y a Wall Street más adictas a la narrativa que a la realidad y los hechos.