Truman, escucha con atención. Mueve tu xrp del libro de contabilidad polvoriento a cualquier cuenta de ganancias a la que te aferres. Haz clic en sí en cada término. No leas nada. Paga tus impuestos. Obedece. ¿Qué? ¿No?! ¿No quieres que los escritorios de cex presten tu xrp y mantengan el margen? Está bien. Entonces elige DeFi. No por drama, sino por control. Sé el dueño de tu propia bolsa: cada estrategia de rendimiento, cada riesgo de contrato, cada liquidación te pertenece a ti, no a otra persona. ¿Es eso lo que quieres, Truman?