China valora la paz y aprecia la buena fe. Dicho esto, cuando se trata de la soberanía de China, la integridad territorial y cualquier otro asunto que concierna a los intereses fundamentales de China, nadie debe esperar ninguna concesión o compromiso por parte de China. Nadie debe tener la ilusión de que China tragará el amargo fruto que socava su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo. Quien se atreva a desafiar la línea de fondo de China enfrentará un golpe resuelto y directo y será destrozado contra el gran muro de acero forjado por más de 1.4 mil millones de chinos. Para cualquiera que se atreva a frenar la reunificación de China: el fracaso será su destino.