Es interesante observar las criptomonedas en su conjunto, casi como si fueran un solo producto. Entonces podría convertirse en el mayor producto en el que la humanidad haya trabajado colectivamente. No podemos decir lo mismo de Web2. En conjunto, está fragmentado, deshecho por ideologías opuestas, monopolizado por plataformas de código cerrado y controlado por unos pocos. Las voces libres, los defensores de la privacidad y los desarrolladores de código abierto suelen ser marginados o ignorados. El Web2 no puede verse realmente como un producto o propuesta de valor coherente. La blockchain, en su conjunto, a pesar de sus múltiples verticales, puede verse como una propuesta de valor masiva, coherente y acumulativa. Es la oportunidad para que los neoliberales desvalidos devuelvan el control al pueblo. La digitalización fue iniciada por frikis políticamente activos, y ahora los vemos recuperar ese control a través de esta magnífica, abierta, libre y altamente compleja estructura digital/financiera/política.