Iván el Terrible de Rusia tenía un cuerpo de guardaespaldas que vestía ropa negra y montaba caballos negros. También tenían una cabeza de perro cortada unida a sus sillas de montar, usándolas para "olfatear" la traición. Debido a la falta de taxidermia, se necesitaba un suministro constante de cabezas frescas.