Las fronteras pueden estar geográficamente divididas, pero las oportunidades financieras no deberían hacerlo. Familias, comerciantes y emprendedores necesitan una red de valor que pueda cruzar fronteras y tiempo. El crecimiento solo es real cuando la distancia ya no limita las oportunidades. El dinero debería fluir, no atrapado. Deja que el valor fluya libremente, deja que se transforme.