La creatividad no surge del orden. Viene del caos interno. La mente tiene que ser ruidosa, sobrecargada, no lineal. Las ideas tienen que chocar, contradecirse, solaparse. Necesitas demasiadas entradas, demasiados intereses, demasiadas notas sin terminar, demasiados bucles abiertos. Las personas rígidas producen una salida rígida. La gente caótica genera nuevos mundos. Sería un auténtico desastre de curiosidad. Deja que tu mente vaya en diez direcciones a la vez. Tener ideas contradictorias sin resolverlas. Trastorno de invitación, aleatoriedad, asimetría. De ese caos emergen patrones. De esos patrones surge la creatividad.