Me siento muy triste por Pakistán, donde docenas de mamdanis se enfrentaron a la muerte, el secuestro, las amenazas contra sus familias, pero prevalecieron, salieron y ganaron sus elecciones solo para que los militares cambiaran los resultados de la noche a la mañana, para que los tribunales no les dieran justicia. Tan profundamente injusto.