Volkswagen registró una pérdida operativa de 1.300 millones de euros en el tercer trimestre, afectada por un cargo de 5.100 millones de euros relacionado con los retrasos de los vehículos eléctricos de Porsche y los aranceles estadounidenses. Los ingresos aún aumentaron un 2% a 80.300 millones de euros, y VW reafirmó la guía para todo el año con ventas prácticamente estables en comparación con el año pasado. Las perspectivas dependen del suministro de chips, ya que la disputa de Nexperia corre el riesgo de interrumpir la producción.