La inflación subyacente en cada uno de los G-4 se ha establecido muy por encima de su equilibrio previo al COVID y, en la mayoría de los casos, está por encima del objetivo del 2%. No se trata de choques de oferta, sino de la demanda y de una economía global que está en plena efervescencia. No es de extrañar que tengamos el "comercio de devaluación."