Los AMMs impulsaron el momento de ruptura de DeFi en 2020. Pero cuatro años después, la economía se está rompiendo: los LPs tienen un rendimiento inferior al de mantener, los pools son superficiales y los incentivos de tarifas ya no enmascaran la pérdida estructural.
El problema no es el comportamiento del usuario. Es el mecanismo. Los AMM obligan a los LP a vender activos que están apreciando y comprar los que están depreciando. Eso significa que los LP asumen el riesgo direccional por diseño.
En mercados en tendencia, esto convierte la volatilidad en pérdidas. La pérdida impermanente crece, incluso cuando los pools generan fuertes comisiones. Durante la alta volatilidad, las comisiones apenas raspan la superficie.
Esta es la razón por la que los creadores de mercado profesionales rara vez proporcionan liquidez en grupos volátiles. Los minoristas llenan los vacíos, sin darse cuenta de que están subsidiando a los traders y a los bots de arbitraje.
Ammalgam aleja DeFi de este modelo legado. La liquidez no se fuerza en una estructura 50/50. La exposición al precio no se mezcla con el riesgo de ejecución. Los LPs ya no actúan como contrapartes automáticas de cada tendencia.
La próxima fase de DeFi estará definida por arquitecturas que reduzcan la pérdida estructural, no que la disimulen con incentivos. Ammalgam está posicionado para exactamente esa transición.
737