Japón ahora está minando Bitcoin con fondos respaldados por el estado. Cuando las entidades soberanas asignan capital para adquirir Bitcoin a través del gasto energético, esto señala algo importante sobre el valor percibido a largo plazo. Las naciones no minan activos que esperan depreciarse. Para los poseedores de Bitcoin que necesitan liquidez, esto plantea una pregunta práctica: Si los gobiernos están gastando energía para adquirir Bitcoin, ¿tiene sentido que los individuos vendan el suyo para necesidades de efectivo a corto plazo? Los clientes de Arch piden prestado contra Bitcoin a tasas iniciales del 9.5%, preservando su posición mientras acceden a liquidez, similar a cómo las instituciones financian activos del tesoro en apreciación en lugar de liquidarlos. Los gobiernos están minando. Las instituciones están acumulando. Quizás vender no sea la respuesta.