Quieren que creas que cada persona blanca es un extremista doméstico y que cada inmigrante es respetuoso de la ley. El único problema son las estadísticas reales, las tasas de criminalidad per cápita, el sentido común y lo que podemos ver con nuestros propios ojos. Los estadounidenses de todos los orígenes extrañan sentir que viven en América con conciudadanos que comparten una cultura. Es nuestro derecho político hacer que el desplazamiento cultural, los cargos públicos y la sobrepoblación se detengan. No es antinorteamericano ejercer poder político para cambiar una política. Es lo más norteamericano que podemos hacer.