La educación es una cuestión de justicia. Se deben deberes a la juventud, como ayudar a comprender las realidades de la vida y cultivar talentos. Aquellos "educadores" que obstaculizan el crecimiento del estudiante al adoctrinarlo en piedad y/o aburrirlo hasta la muerte con trivialidades e insignificancias han cometido una de las peores injusticias que se pueden infligir.